miércoles, 22 de junio de 2011
FELICIDAD QUE MATA
Salí del trabajo, me puse el casco, arranqué la moto y ¡hala!, pa casita. Iba algo distraído cuando de pronto se me vino: "'ño, he pillado todos los semáforos en verde". Pillé abiertos todos los semáforos; abierto pillé el tembloroso portalón del garage; abierta la puerta del ascensor... Lo entendí. Abriendo la puerta de mi casa, dejé el casco y me tiré por la ventana. Sabía que nunca más volvería a serme todo tan propicio, que nunca podría ser más feliz. Así que me fui.
lunes, 6 de junio de 2011
FANTÁSTICO
Cayendo uno en el aire crujiente de sus propias babas
caíame yo en las vírgolas mágicas
de la gran caldera, y ardíame yo
cosas que en caldero mágico
jalábanle las trágicas cajas rojas
que le henchían.
Y trastornándome yo en los trágicos
trazos de una caja roja
hallé, cual rosada amapola
al aguilucho mágico enroscado
sobre un gran falo, de amor violado.
Cayendo uno en el aire crujiente de sus propias babas
caíame yo en las vírgolas mágicas
de la gran caldera, y ardíame yo
cosas que en caldero mágico
jalábanle las trágicas cajas rojas
que le henchían.
Y trastornándome yo en los trágicos
trazos de una caja roja
hallé, cual rosada amapola
al aguilucho mágico enroscado
sobre un gran falo, de amor violado.
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