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Esta mañana un señor, sentado ante un ordenador, me ha preguntado mi primer apellido:
'sánchez guión medina' le digo yo.
'¿Cómo que sánchez guión medina?'
'Pues sí; es que es compuesto: sánchez, luego un guión, y luego medina'
'Pero eso no puede ser'.
'Ah, no sé...'
'Será un separador o alguna otra cosa... vamos a verlo'.
Se ha puesto a teclear y aparece: Sánchez Medina, sin guión:
'¿Ve? Lo que lleva es un espacio...
'Vaya por dios, no acaba uno nunca de conocer a su familia, verdad?' le digo.
Ya se sabe que los programadores siempre tienen razón. Aparte de que en
el caso de los apellidos dobles yo además se la doy: serán muy bonitos y
biensonantes, pero sobre todo son un coñazo a la hora de apuntarse en
los sitios. Aparte de que incitan al absentismo social precisamente por
eso: por evitarse dar los datos en todas partes.
Por ejemplo, yo
tengo un sobrino que tiene el NOMBRE compuesto y LOS DOS apellidos
también. Como es natural, durante unas matriculaciones del bachillerato
cayó en una profunda depresión. Después de matar a sus padres por lo del
nombre, se metió en la cama y sólo sale para irse al extranjero; porque
allí, cuando le preguntan el apellido, puede decir sólo García, e
incluso a la policía le parece correcto. Bueno, en realidad, cuando le
preguntan el apellido lo que dice es: "¡¡GARCÍA, GARCÍA, GARCÍAAAAA ¿me
entiende usted? GARCÍA Y PUNTO, COPÓN BENDITO YA!!"
Claro, es que está un poco mal, el pobre.