MI TÍO PACO
Mi
tío Paco tuvo un mal final. Mi tío Paco encontró la manera de fabricar
espejos para el alma (para el alma nada menos), y se creyó que por eso
le iban a dar el Premio Nobel de Física; y hasta a lo mejor más de un año. Animado por esa idea, propuso a sus vecinos convidarles para una merienda, y de paso que probaran su invento.
Mi
tío Paco se creyó que así le iban a admirar todos muchísimo, y que de
ahí al más grande de los éxitos apenas había un paso. Pero qué va:
cuando los vecinos de mi tío vieron el resultado del invento en ellos
mismos, cayeron en un inmediato episodio de histeria colectiva: lo
lincharon, lo descuartizaron y lo quemaron; todo eso por indeseable, por
cabrón y por maligno.
Cómo
será la cosa que hasta en mi misma familia, cuando a cualquier
pasajero algo enterado le da por preguntarnos, siempre le contestamos
que nunca, nunca hemos tenido tenido un tal tío Paco; pero nunca, vamos.
5 comentarios:
jajaja, las historias estas corticas están mu bien :P
Igual que le pasará a usted por escribir ese tipo de sandeces.
Pues creame que aún siguiendo a menudo su trayectoria, en este "blogspot", (que palabro mas feo), no consigo entender su mensaje.
Le agradecería me lo explicase.
Un insufrible abrazo de su mas crítico lector.
Estimado amigo anónimo:
Procure de ahora en adelente que sus manos no estén ocupadas en sus zonas íntimas mientras lee, y comprobará cómo su capacidad de comprensión lectora mejora notablemente.
Atentamente.
Ese consejo que usted me da es porque previamente lo habrá experimentado en repetidas ocasiones, supongo. Pero como según el Evangelio según San Enrique, NI DOY NI TOMO CONSEJOS;
seguiré leyendo como hasta la fecha.
Quede con Dios.
Usted tomar no tomará; pero dar, desde luego que da, querido amigo.
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