Quiero y queréis que se escriba con flores
El asco que se pudre entrando (entrante) por mis ojos
Y saliendo como mierda (come mierda) por mi boca.
Cosa que al fin sale, dios sabrá por qué,
Como un aliento cualquiera. Podrido, pero cualquiera.
Quiero y habéis querido
Que aquí no reine más que la miseria.
Pero no por compasión ni compromiso, qué va,
Sólo por falta de entrega: total, por uno ¿qué más da?
“¿Entregarte, comprometerte, decir lo que piensas?
¡No hombre no, no sea que por esforzarte
Toquen tus zapatos la mierda!
Lo mejor es que, entre nosotros, digamos:
“Pobrecito/a ¿cómo habrá perdido tanto la cabeza?”
Pero claro, la pregunta es retórica:
Saberlo no me interesa, que si me entero igual no llego a viejo
Y las cifras de mis análisis dejan de ser buenas
Que cualquier cosa te da estrés ¡uy!
Y el azúcar se te dispara que no veas.
Que no, que no. Mejor voy a ser respetuoso:
Yo, comprensivo, le respeto, porque todo el mundo sabe
Que tiene derecho a pensar como quiera,
A decir lo que quiera, aunque, pobre,
Lo tengamos por loco ¡Qué cosas, pobre,
Tan desagradables piensa!
Él solito se aleja de nosotros
Sin darse cuenta. Pobrecito.
¡Qué cosa tan rara que él no sienta
Este calorcito que te llega, tan rico
Desde el secador a la cabeza!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario